Kawasaki recuerda el espíritu de su primera tetracilíndrica actualizando el término al emplear una base Z900 dotada de toda la tecnología precisa para hacerla tan competitiva como eficaz entre las monturas neo-retro de nueva generación. El resultado engancha, ¡y mucho!
A inicios de los ’70 Kawasaki lanzó su primera superbike, la Z1, una motocicleta que revolucionó el panorama de las motocicletas de gran cilindrada y competía de manera directa con la Honda CB setecientos cincuenta Four. El prototipo se completó en la primavera de mil novecientos setenta y uno, mas la Z1 terminante fue presentada en el Salón de la Motocicleta de Colonia de mil novecientos setenta y dos. Su gran manejabilidad unida a un potente motor (ochenta y dos CV) para los estándares de la temporada, hicieron las exquisiteces de los motoristas de medio planeta, alcanzando los doscientos diez km/h de máxima. El carácter indómito y salvaje de las Kawasaki de cuatro tiempos se gestó con este modelo, con permiso de sus “H-ermanas” de dos tiempos. Evolucionó hasta mil novecientos ochenta con 3 denominaciones distintas: Z1 (mil novecientos setenta y dos-setenta y cinco), Z900 (mil novecientos setenta y seis) y Z1000 (mil novecientos setenta y siete-mil novecientos ochenta). Las preparaciones con este saga de modelos son numerosas y hay geniales especialistas nipones tanto para variaciones de calle como de competición.
Diez años tras la Z1000, Kawasaki recobró ese término en forma de Zephyr mil cien, actual hasta el cambio de siglo. Por otra parte, las ZXR1100/1200R reverdecieron los lauros de la Kawasaki KZ1000S ganadora del AMA SBK en mil novecientos ochenta y uno-ochenta y dos con Eddie Lawson, unas muscle-bike verdaderamente atractivas fabricadas entre mil novecientos noventa y siete y dos mil ocho. La montura neoclásica del catálogo, la W800, asimismo dejó de fabricarse el año pasado con lo que ya no quedaba nada con sabor vintage en el catálogo de Kawa. Por esta razón, una vuelta a los orígenes siempre y en todo momento es bien recibida cuando todo lo vintage está de tendencia y tu competencia tiene opciones tan interesantes como la BMW R nineT, Honda CB1100RS, Ducati Scrambler mil cien o bien Yamaha XSR900.
La Kawasaki Z900RS (doce y novecientos noventa y nueve €) es una de las primordiales novedades de ese año y fue presentada en la última edición del Salón de Tokio, dejando para el EICMA de Milán una segunda versión más deportiva de apellido CAFE (trece y cuatrocientos noventa y nueve €), diferenciándose de la estándar por el color, bóveda, manillar (más bajo) y asiento. La Z900RS no tiene nada de viejo, solo el diseño, y para dar a luz este modelo se ha partido de una base tan sólida como es la Kawasaki Z900, actual desde el año pasado.
Lejos de mudar el depósito y ya, se han efectuado numerosas modificaciones que le dan una personalidad propia y optiman el funcionamiento del conjunto para un empleo de manera plena actual en todos y cada uno de los campos. La potencia del tetracilíndrico online de novecientos cuarenta y ocho cc desciende catorce CV (ahora ciento once CV), la cantidad de par máxima llega mil rpm ya antes (noventa y ocho,5 Nm a seis mil quinientos rpm), está menos comprimida (10,8:1) y tiene una sexta más corta. Por si no fuera suficiente con lo anterior, no le falta control de tracción (dos niveles de intervención, desconectable), embrague asistido antirrebote, iluminación full-led, pinzas de freno del. radiales, bomba de freno del. radial, ABS Nissin, horquilla invertida multirregulable de cuarenta y uno mm, amortiguador trasero horizontal, toma de corriente, instrumentación mixta analógica-digital, basculante de aluminio y manetas/estriberas regulables.
En circulación
Observando pausadamente la Z900RS en parado aprecias algunos detalles que se muestran como guiños al pasado, como la pintura marrón/naranja “purpurinada”, el faro delantero redondo, el asiento corrido con costuras dobles, el aleteado exterior de los tubos para simular los motores de aire viejos, unas llantas de palos que juegan ser de radios, el escape niquelado, los tornillos del subchasis o bien la instrumentación con numeración seventees.
Subirte en esta Kawasaki Z900RS es tan natural y simple que te sorprende, del mismo modo que su ergonomía, perfecta en lo que a comodidad se refiere. Es una motocicleta en la que vas plenamente “encima y no dentro de ella”, nada forzada así como válida y agradable para el pasajero, que está al mismo nivel que . Manillar ancho, cuerpo centrado y vista centrada en la carretera y el paisaje, firmada asimismo por la pareja de relojes “clásicos” con aro cromado: sensación de libertad máxima.
El ronroneo del motor es realmente agradable y tiene un toque de otrora que le sienta de perlas, en parte acrecentado por el sigiloso de titanio Akrapovic que monta nuestra unidad de pruebas y que se vende como accesorio (novecientos dieciocho €). En marcha de manera rápida notas la aceleración de este motor: si bien tiene menos potencia que la Z900, empuja ya antes y tiene unos medios exquisitos, tan enérgicos como aprovechables, dibujando una curva de potencia incesante y sin avatares. El primer golpe de gas es muy concluyentes y directo, semeja que estás pegado al asfalto con una pegada afín a la de un vehículo eléctrico. Carece de vibraciones y solo expuesto en autovía con mucho viento en contra puede molestarte.
Por urbe o bien a baja velocidad vas a ver el indicador “Eco” en el display de la instrumentación, signo indudable de que estás efectuando una conducción de libro. El accionamiento asistido de la maneta de embrague es pura mantequilla y con poco recorrido ya engancha, siendo verdaderamente adictivo. El radio de giro es extenso y facilita las maniobras, mas las carreteras secundarias son su escenario preferido.
Dibujando las curvas de tu carretera preferida te dejas llevar de manera firme y sin trabas, tal y como si la conocieses de siempre. Todo lo hace simple y sorprende por la enorme agilidad que logra el bastidor de acero tubular ex–Z9, con una geometría revisada que incide en este aspecto (el avance es menor que en la hermana naked sport, con noventa y ocho mm en lugar de ciento tres mm). Los reglajes son adecuados para cualquier empleo, si bien se agradece un tarado más duro en conducción deportiva. Solo debes observar que las estriberas no rocen con el suelo cuanto te “calientas”, apoyado en un amortiguador algo seco de reacciones. Sus doscientos quince kg declarados en orden de marcha están realmente bien repartidos y aprovechas lo mejor de cada movimiento a fin de que tu semblante esboce una sonrisa.
Su depósito de gasolina (diecisiete l.) te deja cubrir sin esmero trescientos km sin repostar probando que el gasto de la Z900RS es muy contenido merced a lo “afinada” de su electrónica. No olvidemos que dispone de control de tracción con 2 niveles de intervención (1 menos intrusivo), una ayuda que en ningún instante de la prueba entró en funcionamiento mas que siempre y en todo momento se agradece llevar activada (desde el botón gris de la piña izquierda navegas por el menú y manejas el KTRC).